«App» viene de la palabra “applications” que son programas diseñados para ejecutarse en un dispositivo móvil, ¿quién no ha oído hablar de ellas?, ¿por qué agarré ese tema hoy? Porque he detectado “appitis compulsiva crónica” en muchas empresas. Sí, es un padecimiento recurrente y muy caro de tratar.
¿Para qué quiere una app? De pronto todos queremos una para nuestro negocio. Desde el más pequeño hasta grandes empresas, la pregunta aquí es ¿la necesita su cliente?, lo más probable es que no.
Espacio. Cada vez más cuidamos nuestro preciado tesoro virtual, el espacio de memoria, de por sí tenemos que usar algunos gigas en app’s nativas (las que ya vienen configuradas en nuestro dispositivo), como para seguir descargando aplicaciones que rara vez las vamos a usar ¿o miento?.
Si necesitamos algo de X compañía, buscamos en Google o en Facebook ¡y ya! Nuestro comportamiento natural es ese, no buscar una app. Nadie nunca dijo: “Oh, sí, voy a buscar la app para descargarla y la tendré por si algún día la necesito”.
Inversión
¿Cuánto cuesta una app? me lo han preguntado varias veces, ¿qué contesto? pensándolo bien siempre lo mismo: depende. Primero hay que analizar el objetivo ¿para qué necesitas una app?, ¿qué problema solucionará? (según tú), ¿existe algo igual?, determinar el tiempo de desarrollo, porque el programador te cobrará por hora y los que hacen bien su trabajo ¡en dólares!
Desarrollo
No me meteré en temas de desarrollo pero hay como 5 pasos a considerar, entre el wireframe, backend y el diseño gráfico ¡imagínese! y todo a probarlo, a mejorarlo y a refinarlo. Después de pasar por todo un proceso de mejoras hay que probar la versión final.
Publicación
Ya que está lista, funcionando y muy bonita gracias a todo el trabajo de diseño gráfico que se cambió mil veces, hay que publicarla para Android y para iOS (para ambiente Apple) y aquí todavía no hemos empezado. Lo que usted invirtió en el desarrollo, multiplíquelo por lo menos por tres para dar a conocer su maravillosa app y como dice la canción ¿y todo para qué? para que la descarguen, una miradita por encima y a borrarla porque ocupa espacio. Hay quien va a terapia después de esto. En serio le digo, antes de embarcarse en semejante proyecto analícelo bien, hay opciones.
Hace unos seis meses conocí las W-Apps, aplicaciones diseñadas para montarse en un canal WiFi ¿cómo? No se necesitan descargar en el dispositivo, aparecen justo cuando el cliente la necesita: cuando está en el punto de venta y/o consumo, en comparación con las apps comunes el desarrollo de estas es muchísimo más rápido y sobre todo rentable.
En resumen:
Hoy en día hay que ser asertivos, cuidar hasta el último centavo y sobre todo no perder tiempo en proyectos estériles. Recuerde que uno tiene que pensar en función del cliente, qué es lo que él necesita, qué es lo que a él le gusta, cuándo me va a consumir, cómo.
Usted debe contar con toda esta información para tomar decisiones, si no, corre el riesgo de seguir dándose gusto a sí mismo e ignorando a los que le dejan dinerito, así ¿cómo?
* La autora es estratega de marketing, director de Adirektiva, miembro de la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias.
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