Si tu empresa no ha cumplido por lo menos 2 años, ni lo pienses; y si lo estás considerando mejor lee.
Hay muchas formas de aprender. Pero en los negocios, la infalible es perder dinero ¡ahhhh como aprende uno cuando pierde dinero!, el secreto está en traducir esa pérdida en inversión. Ningún curso-diplomado-maestría, te enseñará tanto como un número rojo. Aprende y a otra cosa mariposa.
Este artículo está lleno de sabiduría (ya sabrán el monto de las pérdidas), se los comparto para ver si se ahorran una lana y aprenden en cabeza ajena.
¿Qué pasó con tu negocio de cosméticos? pregunta recurrente.
Antecedente. Un buen día me dio por prevenir el cáncer, 520 químicos diarios usamos las mujeres “del cuello para arriba” rezaba aquel estudio que me impactó, un buen porcentaje son cancerígenos. Investigué. El resultado fue el desarrollo de una marca de cosméticos minerales (ingredientes a base de de origen natural), desarrollé la marca, investigué fábricas, elegí empaques, etiquetas, ingredientes, bueno, no les puedo explicar en un texto la emoción de desarrollar semejante proyecto.
Además ¡era muy buen negocio! (corrección, lo sigue siendo). Hice mi tarea, plan de negocios, cumplí con todos los requisitos legales, me convertí en cinta negra en cuanto a aranceles y hojas de seguridad de toda clase de cosméticos. Era la nueva magnata, como el Me Late “ya me vi”. Consideren que mi pasión por los cosméticos data de 1985, yo con 12 años y un mega estuche Estée Lauder, edición especial de navidad y todavía no se me permitía maquillarme. Saquen cuentas.
Con una utilidad del 63%, si, leyeron bien; con una imagen impecable, una tienda online pionera en México (no se rían), un showroom divino, además el precio que se paga en USA por este tipo de productos es alto. En México hubiera sido imposible si no fuera por mi -obvio- que ofrecía mis productos a un precio accesible, para que se den una idea. Un polvo base de maquillaje en USA cuesta 45 USD, el mío costaba 450 MEX, ¡claro! mi marca no tenía encima el costo del marketing, eso nos permitía dar un precio competitivo, las mujeres que ya usaban minerales se encantaron cuando descubrieron la calidad de mi marca, muy orgullosa estaba yo del resultado. Pero este artículo no se trata del desarrollo de marca, ni del e-commerce, ni de maquillaje, se trata de franquicias.
El dilema. Empezamos probando distintos canales de venta, teníamos vendedoras en varias partes México. Que compartían con nosotros la visión del uso de cosméticos con la menor cantidad de químicos posible, aquello iba de maravilla; un buen día una persona se interesa en abrir un showroom en otra ciudad. Imagínense el regocijo de mi alma. Ahí una empieza a dar gracias a dios ¡les gusta mi trabajo!, en ese momento hubiera agradecido a alguien que me diera una bofetada y me gritara en la cara: NEGOCIOS TARADA NEGOCIOS.
Yo seguía en mi luna de miel mineral. Me asesoré y aún cuando no estaba maduro el negocio si era posible y rentable pasar por un proceso de franquicias.
He aquí el error no. 1: No pienses en franquiciar cuando aún no has cumplido por lo menos 2 años.
Desarrollamos la franquicia. Me involucré en la elaboración de manuales, en la documentación de absolutamente todo ¿que podía salir mal? todo estaba fríamente calculado, ¡es más! yo era tan inteligente y tan previsora que hasta había considerado el dólar a 15 pesos. En ese entonces la paridad era de 12 pesos, tenía margen ¿los sorprendí verdad?. El proceso empezó en enero. Para febrero ya había otorgado la primera franquicia, inauguración y todo.
He aquí el error no. 2: respeta los tiempos, si los manuales no están 100% listos habrá huecos y eso permite que el franquiciatario se ponga creativo y empiece a tomar decisiones que no le corresponden.
Para marzo, ya había “vendido” la segunda franquicia. Estaba yo tan agradecida de la confianza que tenían en mi negocio que casi les pagaba yo por abrir esas tiendas. Se me hacía muy injusto que tuvieran que pagar canon de entrada ¡si yo podría enseñarles gratis como operar la marca!, de ahí mi brillante idea: el canon de entrada es equivalente a inventario ¡si! ¡soy muy buena persona!
He aquí el error no. 3: El canon de entrada es el pago por el Know How de tu franquicia, nada gratis se valora. Menos en los negocios. Tienes que respetar los esquemas, procedimientos y precios, guarda tus sentimientos para la familia y amigos, los negocios son negocios.
Desde el día uno las tiendas empezaron a vender, teníamos todo tipo de herramientas de ventas y marketing, ir a maquillarte a un showroom era una experiencia maravillosa, las clientas salían de ahí sintiéndose bellas y ecológicas, participábamos en todo tipo de eventos.
Vaya hasta cursos dábamos, te preguntarás ¿dónde se acabó el encanto?, todo fue mi culpa: me equivoqué en la selección de franquiciatarios. Hasta este momento valoro a las personas que confiaron en mí, tenían la misma ilusión que yo de hacer negocios, la misma ilusión de mi hija de 11 años que quiere un auto.
He aquí el error no. 4: tu puedes vender una franquicia, pero lo que no puedes es enseñarle a una persona a ser empresario, tienes que apegarte celosamente a los procedimientos de selección de franquiciatarios, no mezcles sentimientos con negocios.
Para operar un negocio, el que sea, tienes que estar consciente de los tiempos, del retorno de inversión, parecería obvio, pero créanme no lo es para quien se emociona queriendo adquirir una franquicia; está en tí elegir muy bien a las personas que van a invertir en tu negocio, tu tienes que tener la responsabilidad de asegurarte que son los candidatos ideales, que son empresarios y que disponen de recursos suficientes para aguantar el ROI. Si no lo haces, como yo, terminarás manteniendo las unidades de venta porque como “ya está abierto pues dame crédito, al cabos que se vende bien”, y tienen razón y probablemente puedas sobrevivir la curva de aprendizaje si tienes capital para mantenerlas, si no, aprende y retírate a tiempo.
He aquí el error no. 5: Cuando empiezas a perder dinero, reconócelo, es mejor retirarte a tiempo que gastar mas en insistir, un buen negocio también es retirarse.
Que aprendí.
- El mundo del maquillaje, además de maravilloso es redituable.
- Un negocio debe de estar maduro para pensar en franquiciarlo.
- Hay que seguir al pié de la letra manuales y procedimientos.
- Debes saber retirarse a tiempo.
Antes de pensar en vender tu negocio, tienes que estar consciente que absolutamente nadie tendrá la misma pasión que tú, te dejo un examen de reflexión, si tienes una respuesta adecuada para cada una, sigue adelante, si no, huye.
- ¿Estás preparado para compartir tus secretos?
- ¿Tu negocio es replicable?
- ¿Tienes un plan de negocios por escrito?
- ¿Conoces los datos duros?
- ¿Tienes suficiente capital para invertir en el desarrollo de franquicia, marketing y asesoría legal?
- ¿Tienes habilidades de administración para gestionar un corporativo?
- ¿Estás dispuesto a relacionarte con gente desconocida que opine sobre tu negocio?
Si tu respuesta es si, entonces asesórate y sigue al pié de la letra las instrucciones. Mi intención no es desanimarte, es ponerte los pies sobre la tierra, “franquicia” es un concepto muy tentador y pudiera no necesariamente ser compatible con tu negocio.
Hoy en día existen en México alrededor de 1,500 franquicias, y con un crecimiento del 10% aproximadamente. Hay muy buenas empresas que desarrollan franquicias, si tu cumples con todos los requisitos, adelante, te divertirás mucho en las expo franquicias (lo digo por un amigo).
Más allá de los negocios (el mundo del maquillaje crece 2 dígitos anuales), lo que más me gustaba era hacer felices a las mujeres, salían sintiéndose hermosas, les subíamos el autoestima, vaya, salían de buenas ¿eso le hace falta al mundo, no? un poco de felicidad.
Hoy en día siguen preguntándome si volveré al mundo del maquillaje, creo que nunca me fui, solo que ahora ya entendí, vamos a ver si vuelvo a las andadas.
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