Lo que no se comunica, no existe. Así de simple.
[bctt tweet=»Lo que no se comunica, no existe. Así de simple. #Marketing»]
Ahora resulta que mi querida Ciudad Obregón protagoniza una lista de las ciudades más peligrosas, cuando leí la noticia pensé… pues sí hay alacranes, es peligrosa… el calor infernal… pues sí, atenta contra mi vida… pero peligrosa así de “la cartera o la vida” creo que no es algo exclusivo de mi ciudad ni de mi Estado ni de mi País.
Ahora bien, no importa cuál es la realidad, los números no los tengo a la mano, digamos que la realidad la desconozco, mi realidad obedece a la percepción que tengo, lo que percibo lo hago mi verdad, a esto también le llamo marketing.
[bctt tweet=»Lo que percibo lo hago mi verdad, a esto también le llamo marketing. #Marketing»]
Esta columna se trata de la percepción, de lo que la inteligencia colectiva cree y siente con la información que le llega, que alcanza a captar; convengamos que la información para ser verdadera, tiene que ser validada y cada quien tiene sus herramientas para aquello y no siempre son precisas. ¿Pero qué pasa con ese marketing que se les hace a la ciudades? por que eso es, información que se distorsiona de boca en boca ¿se dan cuenta? Por ejemplo, el caso París, se dice que es la ciudad más bella del mundo ¿has ido? si no has tenido oportunidad ¿cómo validas que es cierto? ¿fotos? ehhh… ¿has oído hablar del photoshop? ¡ya sé! es un ejemplo muy extremo, pero quiero hacer notar la importancia de la percepción basada en posible información distorsionada -o no- (y por favor absténganse de aventarme con cifras y fotos en desgracia, comparto la tristeza de cada situación). Yo hablo de marketing.
No podemos como ciudadanos mirar de reojo la desgracia ajena, quejarnos amargamente de nuestra casa porque hablar mal del lugar donde vivimos es como escupir para arriba -vivas donde vivas- ¿quién en su sano juicio tendrá ganas de visitarte cuando hablas pestes de tu casa? ¡nadie! si tú no la quieres, ¿a razón de qué tu invitado se enamorará? Eso pasa justamente cuando hablamos mal de nuestra ciudad, ahuyentamos los negocios ¿no están cansados de las malas noticias? ¿no están cansados de las quejas? yo sí. Y no es que minimice los problemas, simplemente que nos cuesta el mismo trabajo hablar bien de algo o de alguien, que hablar mal. La publicidad más exitosa es la de boca en boca WOM (word of mouth) ¿qué pasaría si la información fuera positiva? Todas las ciudades tienen sus encantos, ¡algo bueno hay! ¿la gastronomía? ¿el paisaje? ¿la gente? Si esto se hace estratégicamente se le llama: CityMarketing ¿es la solución a la inseguridad? definitivamente no, pero sí cambia la percepción y por consiguiente la realidad.
El punto medular para una estrategia de CityMarketing es la percepción del ciudadano, el objetivo debe de ser convertirlo en embajador de la marca, entendiendo como marca a la ciudad. ¿Cómo hacerlo? ahí es donde entramos los que hacemos estrategias, de toda crisis nacen oportunidades; hoy se señaló a mi Ciudad Obregón, a un miembro de la familia Sonora, estoy segura que las ciudades hermanas nos darán una mano para ayudar a que nuestra reputación se restaure, somos familia y es tiempo de reconciliarnos.
Mi mamá y mi papá me enseñaron a defender a mis hermanos, lo pasado, pasado. Hablemos bien de Ciudad Obregón, hablemos bien de Sonora.
Columna publicada en El Imparcial el 29 de enero de 2016.
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