A veces nuestro negocio va tan de maravilla que cuando escuchamos hablar de marketing o de Facebook y nos parece algo tan tan ¿inútil? ¿cómo gastan en eso? “si yo vendo de maravilla. No necesito nada de eso” hasta que un buen día, las ventas se estancan ¿que está pasando? ¿me están robando a mis clientes? y ahí es cuando nos rascamos la cabeza.
Okey. Es hora de hablar de marketing, pero ¿por dónde empiezo?
El primer paso es entender de qué se trata, de que usted acepte que ahora depende del marketing. Vamos, acéptelo. De ahí ya usted puede empezar, yo le ayudo.
Diagnóstico: Identifique qué es lo que está pasando ¿bajaron o se estancaron las ventas? ¿por qué? ¿sus productos están siendo sustituidos por otros? ¿le está ganando la competencia? ¿sus empleados están desmotivados o se están yendo? dígame ¿cuál es su problema? así podemos empezar con un diagnóstico, en este paso usted debe de tener un claro panorama de lo que le duele a su empresa. Asegúrese de conocer a sus clientes, incorpore un CRM (software para gestión y administración de la información de sus clientes), haga un análisis de su competencia, estudie si sus productos o servicios necesitan una actualización; empápese del tema por favor. Al terminar usted deberá de saber qué le duele a su empresa.
Ceguera: Si usted hace el diagnóstico y el resultado es que aparentemente todo está bien, entonces usted padece de ceguera voluntaria ¡claro! no hay peor ciego que el que no quiere ver, pero usted no quiere seguir perdiendo dinero ¿o sí? pruebe con esto: Mistery shopper, pídale a su amigo/a ese que no repara en decirle la verdad, haga que vaya a su empresa o negocio compre, si el tema es pedidos por teléfono, haga que llame de manera anónima, si puede, pídale el favor a unas cinco personas, pero de la instrucción que le digan todo absolutamente todo. Ahora tómese un ranisen y espere.
Estrategia: Ya sabe qué le duele, ahora haga un plan de acción ¿qué tipo de estrategia necesita?
Si usted siente que internamente todo está bien, tanto sus colaboradores como sus productos, entonces su problema es de comunicación. Analice la posibilidad de incursionar en el marketing digital, desparrame sus beneficios vía Facebook (por lo menos), algo es mejor que nada, asesórese no gaste no más porque sí.
Si el problema es interno, el clima laboral está denso y la gente se comporta como burócrata aviador, entonces investigue acerca del endomarketing, recuerde que su primer cliente es su empleado (colaborador como amablemente nos dicen ahora), un empleado con mala actitud es improductivo, así es, el tamaño de la sonrisa de sus empleados es directamente proporcional al dinero que éste le está generando, no sea paternalista, ejecute una buena estrategia.
Si usted considera que sus productos están obsoletos, no trate de revivir un muerto, recuerde los casos de los rollos de película kodak ¿o qué tal Blockbuster? pare a tiempo y evolucione.
En resumen:
STOP: No siga sin antes determinar de cuánto es el presupuesto con el que cuenta porque a uno, aunque le duela, si no tiene para pagar el médico y el tratamiento pues no hay mucho que hacer, pero no se me desanime, siempre se nos puede ocurrir algo ¡no muera en el intento!
*Columna publicada en El Imparcial el 17 de junio 2016
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