“Sal de tu zona de confort” 500 veces se nos atraviesa ese mensaje en nuestras redes sociales, lo leemos, lo meditamos un segundo y seguimos…Convengamos que muy pocas personas amanecen un día y dicen “Si, hoy es el día, hoy mando todo al diablo y me salgo de mi zona de confort” ¿conoces a alguien? a alguien -no famoso- ¡exacto! yo tampoco, sin embargo sigue apareciendo ese mensaje por todas partes, algunas veces creo que si quedé viendo al infinito pensando… si, estoy en mi zona de confort pensaré como abandonar…la semana que entra, el año que entra ¡en septiembre! jamás quise abandonarla JAMAS.
La única forma de salir de tu zona de confort es que literal, te saquen de las greñas: una crisis ha llegado a tu vida, sin aviso, sin explicación, sin razón de ser, llegan las putas.
Las crisis laborales. Te quedaste sin trabajo, un buen día ciao, no mas, te despiden, desaparece la empresa, cambia la administración, le caes mal al jefe, recorte de personal; hablemos de esa crisis, ojo, no estoy hablando de cuando eres realmente mala, impuntual ineficiente, esa no es crisis, esas son chingaderas tuyas. Hablo de una verdadera situación que no está bajo tu control, que los astros se alinearon en tu contra, pero igual te deja parada en medio de la nada con doscientas responsabilidades y con un hueco en el estómago ¿qué hacer?, siempre hay dos opciones: una es quejarte amargamente, culpar a medio mundo, llorar, deprimirte y alargar el período de crisis, éste va a durar lo que tu permitas. Como dato adicional el 90% de las depresiones engorda, el otro 10% adelgaza y no es tu caso, no estás de suerte.
La segunda opción es poner manos a la obra, aquí es donde tienes que descubrir las oportunidades ¿sabes porqué? porque no hay otro remedio, tienes que identificar en que eres realmente buena, hacer un plan de negocios, buscar una oportunidad en eso que siempre has querido pero la zona de confort no te lo había permitido, las que hemos pasado por estas crisis te podemos decir que es así, no hay de otra, no pierdas tiempo en lamentos, lo vas a resolver tarde o temprano, más vale la segunda opción. Si de plano te sientes en caída libre y solo se ve negro, voltea a ver a tu alrededor, tooooodas las personas que están al alcance de tu vista corren el mismo riesgo que tú, si tienen un empleo lo pueden perder mañana, si tienen una empresa, pueden fracasar. No eres única en tu tragedia, todos estamos expuestos.
Las crisis personales. Pueden ser familiares, con amigas, pueden ser del corazón. Pero ¿sabes qué? todas estas crisis tienen un común denominador: tu autoestima, no soy psicóloga, tampoco coach de vida. Lo único que aporto es experiencia, son crisis superadas, y de todas ellas he encontrado que el autoestima es presa fácil del ego. Tú estás en crisis porque permites que tu ego lastimado contagie tu autoestima. Eso es. Ante cualquier crisis personal lo primero que hago es un ejercicio de introspección. Perdonarme a mi misma por permitir que sucedieran las cosas, perdonarme por pendeja. Por no haber dicho o haber hecho algo que evitara esta crisis.
Pero eso es lo más difícil, perdonarme a mi misma. Lo que hago después es analizar ¿vale la pena resolver o aclarar? hay personas que si vale la pena conservar. La familia es la familia, las verdaderas amigas siempre volverán ¿de el amor? lo que te puedo decir es que el verdadero amor entra en crisis, es normal. Con tolerancia, comunicación y confianza se supera; pero cuídate del otro. Del malo, del que te hace daño. Ese es como un cáncer, llega se anida y hace el mayor daño posible. Ese mi estimada, se extirpa.
En resumen:
Cualquier crisis tiene un periodo de recuperación, todo pasa, todo se soluciona, el tiempo lleva y trae, pero al final pone todo en su lugar; lo mejor de todo esto es que sales ilesa, con cicatrices pero con experiencia ¿cómo aprenderíamos sin crisis? Cuéntame tus crisis y dime como las superaste, siempre es reconfortante platicarlo con amigas.
Dicho todo esto, vuelvo a mi marketing que estos hijos míos no se mantienen solos. Gracias por leer.
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